El libro de Hebreos nombra o identifica a Esaú, como un “inmoral” e “impío” …
Hebreos 12:16,
16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.
Esaú estaba dispuesto a cambiar la bendición prometida de Dios por algo de poco valor y transitorio como un plato de sopa! Tal vez Esaú no tenía suficiente hambre como para decir que se moría de hambre, (Génesis 25:32). Aun así, exageró, (como cuando decimos: “Me muero de hambre”), sin considerar las consecuencias que ese intercambio entre ellos traería al mundo a través del Pacto Abrahámico. Además, Esaú rompió su propio juramento (Génesis 25:33) 33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.
Esaú culpó de todo este acontecimiento a Jacob, en lugar de asumir su propia responsabilidad al despreciar el plan de Dios por un plato de sopa.
Génesis 27:36,
36 Y Esaú dijo: Con razón se llama Jacob, pues me ha suplantado estas dos veces. Me quitó mi primogenitura, y he aquí, ahora me ha quitado mi bendición. Y añadió: ¿No has reservado una bendición para mí?
Desde el principio, Dios predijo que Jacob recibiría la bendición, no Esaú. Recuerde, incluso cuando los niños estaban en el vientre de su madre, Dios predijo que “el mayor serviría al menor” (Génesis 25:23). Por lo tanto, el deseo de Isaac de bendecir a Esaú era erróneo. En cambio, Isaac tenía favoritismo con Esaú sobre Jacob, debido a los platillos que le preparaba (Génesis 25:28, 28 Y amaba Isaac a Esaú porque le gustaba lo que cazaba, pero Rebeca amaba a Jacob.) y también debido al valor cultural de primogenitura (es decir, el primogénito recibe la herencia/primogenitura).
Más tarde, Jacob es engañado por Labán cuando es “cegado” por la oscuridad del velo de su tienda nupcial, y mucho después, por sus propios hijos, quienes falsificaron la muerte de su amado hijo José, usando la sangre de un macho cabrío que había sido sacrificado y manchando la túnica de muchos colores de José.
De hecho, durante más de 20 años, Jacob creería la terrible mentira inventada por sus propios hijos: que José, su amado hijo estaba muerto. Note también las fatídicas palabras de Rebeca: “Que tu maldición caiga sobre mí”. De hecho, sería maldecida, porque, así como Isaac no pudo ver a su hijo, Rebeca nunca volvería a ver a su amado hijo Jacob después de que saliera hacia Padán-aram. Porque antes del regreso de Jacob, unos veinte años después, Rebeca moriría.
Genesis 27:41-45,
41 Esaú, pues, guardó rencor a Jacob a causa de la bendición con que su padre lo había bendecido; y Esaú se dijo: Los días de luto por mi padre están cerca; entonces mataré a mi hermano Jacob. 42 Cuando las palabras de Esaú, su hijo mayor, le fueron comunicadas a Rebeca, envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: Mira, en cuanto a ti, tu hermano Esaú se consuela con la idea de matarte. 43 Ahora pues, hijo mío, obedece mi voz: levántate y huye a Harán, a casa de mi hermano Labán. 44 Y quédate con él algunos días hasta que se calme el furor de tu hermano; 45 hasta que la ira de tu hermano contra ti se calme y olvide lo que le hiciste. Entonces enviaré y te traeré de allá. ¿Por qué he de sufrir la pérdida de vosotros dos en un mismo día?
Isaac y Rebeca tenían temor de que Jacob tomara por mujer a una de las hijas de Het. Het, bisnieto de Noé por intermedio de Cam y Canaán (Génesis 10:15) «Y Canaán engendró a Sidón su primogénito, a Het». Y progenitor de la famosa raza de los heteos (o hititas), algunas veces llamados hijos e hijas de Het (Génesis 23:3-4), (Génesis 27:46) «Y dijo Rebeca a Isaac: Fastidio tengo de mi vida, a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?»
En el Antiguo Testamento Jehová es llamado, repetidamente, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Por lo tanto, es importante que comprenda no sólo quién fue Abraham, sino además por qué el Señor eligió a Isaac y a Jacob para ser los primeros de la casa de Israel.
En ese momento de crisis en la vida de Jacob, su padre Isaac lo llama para bendecirlo y decirle que continuara con la fe de “Mi Padre Abraham”.
Genesis 28:1-2,
1Y llamó Isaac a Jacob, lo bendijo y le ordenó, diciendo: No tomarás mujer de entre las hijas de Canaán. 2 Levántate, ve a Padán-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre; y toma de allí mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre.
PÁDAN-ARAM- Lugar mencionado sólo en el libro de Génesis y asociado de manera destacada con la vida de los Patriarcas. Padán-Aram parece haber sido idéntico o incluido dentro del área de Aram-Naharaim y Abraham lo describe como “la tierra de mi nacimiento o su tierra” a la que envió a su siervo Eliazar para buscar una esposa para Isaac.
Génesis 24:4,10;
4 sino que irás a mi tierra, donde vive mi familia, y allí buscarás esposa para mi hijo Isaac.
10 Luego tomó diez camellos, y toda clase de regalos de lo mejor que tenía su amo, y partió hacia la ciudad de Najor en Aram Najarayin. (Aram Najarayin. Es decir, el noroeste de Mesopotamia).
La descripción repetida de Labán como arameo implicaría una población aramea que hablaba el idioma arameo.
Génesis 25:20,
20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó a Rebeca, hija de Betuel, el arameo, de Padan-aram, hermana de Labán, el arameo, por su mujer.
Génesis 28:5,
5 Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán, hijo de Betuel, el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.
Génesis 31:20,
20 Y Jacob engañó a Labán[a] arameo al no informarle que huía.
(Génesis 31:20 Lit., robó el corazón de Labán).
Génesis 31:24,
24 Pero Dios vino a Labán arameo en sueños durante la noche, y le dijo: Guárdate que no hables a Jacob ni bien ni mal.
Paddan-Aram debe haber estado situado en el norte de Mesopotamia ya que incluía la ciudad de Harán (Génesis 28:10; 29:4). De hecho, se acepta generalmente que el nombre deriva del arameo paddânâ , “un campo o llanura”, y que significa “la llanura de Aram”, correspondiente al hebreo sedeh Aram.
Oseas 12:12-13,
12 Pero Jacob huyó a tierra de Aram, Israel sirvió para adquirir mujer, y por adquirir mujer fue pastor. 13 Y por un profeta Jehová hizo subir a Israel de Egipto, y por un profeta fue guardado.
En este tiempo de su vida, Jacob no tenía ningún interés en las promesas del Pacto que le fueron dadas a Abraham, pero Isaac le dijo: “No te quiero en esta cultura. Te voy a enviar de regreso allá. Quiero que vayas y busques una esposa,”entonces Jacob parte de regreso a Mesopotamia.
Genesis 28:3-5,
3 Y el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique, para que llegues a ser multitud de pueblos. 4 Y te dé también la bendición de Abraham, a ti y a tu descendencia[b] contigo, para que tomes posesión de la tierra de tus peregrinaciones, la que Dios dio a Abraham. 5 Entonces Isaac despidió a Jacob, y este fue a Padán-aram, a casa de Labán, hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y Esaú.
Leemos en el capítulo 28 comenzando en el versículo 10, que Jacob salió de Beerseba en dirección de Harán.
Genesis 28:10,
10 Y salió Jacob de Beerseba, y fue para Harán.
Luego llega a “cierto lugar” y se detiene a descansar un poco de su largo viaje, ya es tarde y el sol se había oscurecido. Este pequeño detalle de cómo Jacob se detiene en este lugar en particular, aunque parezca sin importancia, creo que es muy significativo. El punto que el autor está señalando es que no había otro lugar más cercano y predeterminado para que Jacob detuviera su viaje.
Incluso lo he mencionado ya antes, simplemente el hecho de que, en su trayecto, Jacob había recorrido mucho territorio, sin descansar en ningún otro lugar. Es tarde y llega a un lugar remoto, en ese instante empieza a oscurecer, y se pone el sol; Jacob no puede continuar su trayecto, así que levanta su tienda, detiene su ganado, se encuentra en medio de la nada, cansado, con sueño, va y encuentra una piedra, se duerme; lo que sucede después, en un sentido muy real, cambia el curso de la historia humana.
El Sueño de Jacob
Genesis 28:11,
11 Y llegó a cierto lugar y pasó la noche allí, porque el sol se había puesto; tomó una de las piedras del lugar, la puso de cabecera y se acostó en aquel lugar.
Jacob, tomó una de las piedras, como cabecera y mientras dormía, tuvo un sueño.
Genesis 28:12,
12 Y tuvo un sueño, y he aquí, había una escalera apoyada en la tierra cuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo; y he aquí, los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.
Este es un gran acontecimiento en la vida de Jacob. Busca la manera de descansar su cuerpo, se reclina y toma una de las piedras como cabecera, luego se duerme. Por la noche, sucede lo menos esperado… tuvo un sueño, contempla una escalera o en hebreo una (staircase) que conecta la tierra con el cielo, esa escalera le indica al mundo de la trascendencia, al cambio o preeminencia de lo terrenal al nivel donde Dios existe y es infinito. El cielo ha tocado a la tierra.
Sólo quiero apuntar algo importante, en nuestra cultura moderna, en términos de lo que ha sucedido en la historia del pensamiento teórico en los últimos 200 años, estamos viviendo en la era del más alto nivel de escepticismo en la capacidad del hombre en este mundo en el que vivimos.
Los filósofos seculares y los escépticos frecuentemente dicen que la razón o la investigación científica, o cualquier medio legítimo de conocimiento, está basado o contenido a este tiempo y a este lugar. Detrás de todo eso, está la filosofía fundamental de que el hombre debe vivir sus días aquí, y ahora, oímos decir: “es todo lo que tenemos”. Hay un Abismo insuperable e inalcanzable entre el Tiempo y la Eternidad, entre este mundo y el mundo de Dios.
Si hay un Dios, es completamente incapaz, porque no hay manera que podamos cerrar la brecha entre la tierra y el cielo. Para una exploración científica o cualquier otro medio legítimo de conocimiento, todo está encerrado a este tiempo y en este lugar. De hecho, ese es el significado mismo del secularismo.
Como filosofía, el secularismo pretende interpretar la vida basándose en principios derivados únicamente del mundo material, sin recurrir a la religión. Desplaza el foco de atención de la religión hacia las inquietudes “temporales” y materiales. El secularismo se origina de la palabra latina “seacularis”, es un significado mismo de secularismo, que significa este tiempo, esta era. Detrás de ella está la filosofía fundamental según la cual el hombre debe vivir sus días, en el aquí y en el hoy.
Laicidad (del latín saeculum, “mundano” o “de una generación”) es el estado de estar separado de la religión, o de no estar exclusivamente aliado con o en contra de ninguna religión en particular. Históricamente, la palabra secular no estaba relacionada ni vinculada a la religión, sino que era un término independiente en latín que se relacionaba con cualquier actividad mundana.
Sin embargo, el término saecula saeculorum (siendo saeculōrum el genitivo plural de saeculum) tal como se encuentra en el Nuevo Testamento en la traducción Vulgata (circa 410) de la frase griega koiné original εἰς τοὺς αἰῶνας τῶν αἰώνων (eis toùs aionas ton aiṓ nōn), en Gálatas 1:5, “a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” Se usó en la iglesia cristiana primitiva (y todavía se usa hoy en día), en las doxologías, para denotar el ir y venir de las edades, la concesión de la vida eterna y la larga duración de las cosas creadas desde su origen. comenzando por los siglos de los siglos. La idea de una separación entre religión y lo secular se originó en la Ilustración europea.