Es una tarea fastidiosa esperar. Los días parecen meses, los meses, años, los años, siglos. Hace dos años tuve un paro cardiaco, algo inesperado pero necesario para mí enseñanza y la de otros. Este suceso me facilitó, casi tocar la fragilidad humana, eso que tanto deseamos ser perdurable, no es más que un simple sueño.
Pudimos ver su mano poderosa en cada segundo, guiando, cuidando y fortaleciendo nuestra fe. Es por mi señor y salvador Jesucristo que estoy en pie hoy en día. Sin ningún efecto secundario.
Enseñanos como orar… Dijeron sus discípulos en una ocasión. Esa petición se repite hoy en día por muchos corazones sinceros que anhelan una mejor vida en medio de un mundo lleno de crítica, sarcasmo, y ambición. Cumplimiento borroso e inaudito para muchos hasta hoy en día.
Cada vez que te encuentras en el lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar. El salmista dijo: “Espera a Jehová; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Si, espera a Jehová.”
Buscamos el tiempo perfecto, este se nos escapa de las manos huyendo sin dirección. Nos queda nada más que esperar en Dios. Allí en nuestros corazones, es donde este elemento básico, perfecto debe residir sin variación; eso tan simple para muchos, para otros inalcanzable: fe. El reino de Dios es la respuesta que tanto buscamos.
Este día es el re encuentro con esta página que a pesar de muchas dificultades, de nuevo abre sus puertas. No sabia cuando escribiría, pensé que era algo innecesario ya que las redes sociales están saturadas de conocimiento, y el deseo de profundizar pensamientos, caen en oídos sordos.
Pero la inquietud y el deseo inmenso de compartir de SU reino, sencillamente abren el candado cerrado por la ineptitud humana. No responder a tan grande llamado es tristeza de alma y espíritu, es pesar, y eso trae consecuencias.
Por algún tiempo he meditado, orado… Buscando siempre una respuesta de Dios, ya que sabemos que todas las cosas proceden de Él. Necesitaba un doble testigo para emprender este proyecto que un día con mucho anhelo habíamos comenzado. Ahora por mucho tiempo en pausa. Esta mañana viene mi hijo Andrés, y me dice: “Lee este versículo, te dará luz a lo que pretendes llevar a cabo.”
1 Crónicas 22:16,
16 Del oro, de la plata, del bronce y del hierro, no hay cuenta. Levántate, y manos a la obra; y Jehová esté contigo.
Después de leerlo, no tuve más que recibirlo. Me llenó de mucha alegría interna, aunque en realidad no pensé mucho en el oro, plata, bronce y hierro, en ese momento, pero vemos como David prepara todos los materiales (reinos) para el templo.
No le expresé en ese momento lo que sentía. Buscamos un lugar para desayunar, allí tocamos de nuevo el tema.
Me siento honrado. Muy agradecido por tan gran honor de dirigirme a cada uno de ustedes, mis hermanos en Cristo, quienes todavía están en la lucha, esperando su aparición por esta segunda vez, quien quitará de una vez para siempre, el pecado.
“Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen” (1 Timoteo 4:10)
Esta página será actualizada frecuentemente con diversos temas bíblicos, siéntase con toda libertad de contactarnos. Si tiene preguntas, o peticiones de oración o necesita asistencia por favor déjenos saber.
Esperamos que esta página sea bendición. Asistiendo siempre al crecimiento y desarrollo, siguiendo adelante a la madurez de todo SU cuerpo que es la iglesia.
Rafael
Hno Rafael que sorpresa – bendiciones!