Hebreos 10:20: 20 por un camino nuevo y vivo que él nos abrió para nosotros por medio del velo, es decir, SU carne…
El Primer Velo
En las sagradas escrituras existen misterios. Veremos uno de ellos. El misterio es aclarado e ilustrado por el simbolismo del rito hebreo.
El Apóstol Pablo detalló la ley contenida en las ordenanzas como “nuestro tutor para llevarnos a Cristo.” En la epístola a los Hebreos, miramos la sombra y figura de la importancia del Tabernáculo en el desierto en la figura de Jesús. El Velo es empleado como una forma de describir la crucifixión y resurrección de Jesús.
Hebreos 10:19-20:
19 Hermanos, ahora podemos entrar con toda libertad en el santuario gracias a la sangre de Jesús, 20 siguiendo el nuevo camino de vida que él nos abrió a través del velo, es decir, a través de su propio cuerpo.
El Tabernáculo tenia tres partes: La Corte Exterior (Atrio), el Lugar Santo y el Lugar Santísimo.
La entrada a cada una de estas tres partes estaba obstruida por un velo. Por consiguiente, en el gran día de la Expiación, el Sumo Sacerdote, traspasaba el primer velo en la corte exterior, directo hacia el Segundo Velo en el Lugar Santo, y entonces a través del Tercer Velo, hacia el Lugar Santísimo, en donde él ofrecía la conciliación por toda la nación.
Para llegar a la fundación y los antecedentes de la resurrección de nuestro Salvador, es necesario que indaguemos la historia de Jesús. Y es representada en el simbolismo de los tres velos, a través de los cuales Él pasó a través de uno a otro, en Su viaje desde el Seno del Padre en la eternidad, hacia el Lugar Santísimo en el Tabernáculo en las alturas.
Para descubrir el Primer Velo, debemos retornar más allá del bebé en Belén, hacia atrás, a través de todos los siglos, más allá de Edén en los eones, antes del mundo. Entendemos, que eso hoy en día, se hizo una realidad. Allí encontramos al Unigénito, el Mesías Prehistórico, como Él se presenta en Proverbios 8:22-31. Describiendo Su intimidad con el Padre, Él dice:
22 Jehová me poseía en el principio, Ya de antiguo, antes de sus obras. 23 Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra. 24 Antes de los abismos fui engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas. 25 Antes que los montes fuesen formados, Antes de los collados, ya había sido yo engendrada; 26 No había aún hecho la tierra, ni los campos, Ni el principio del polvo del mundo. 27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo; 28 Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo; 29 Cuando ponía al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra, 30 Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo. 31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra; Y mis delicias son con los hijos de los hombres.
Su existencia en la eternidad está también revelada en Juan 1:1-3:
1 Antes que nada existiera, ya existía la Palabra,y la Palabra estaba con Dios porque aquel que es la Palabra era Dios.2 Él estaba con Dios en el principio.3 Por medio de él todas las cosas fueron creadas, y no existe nada que él no haya creado.
(1.1: Literalmente, “Logos” — término que significa Cristo, la sabiduría y el poder de Dios, la primera causa de todas las cosas y la manifestación personal de Dios. Las palabras escogidas por el Espíritu Santo fueron de una elección muy especial y son muy peculiares bajo la luz de nuestro tema.)
Proverbios 8:23:
Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra.
23 I was set up from everlasting, from the beginning, or ever the earth was. (KJV)
La declaración es que Él fue, “establecido” eternamente o desde la eternidad. La palabra Hebrea “setup” es la misma palabra “set” traducida en Salmos 2:6:
Pero yo mismo he consagrado a mi rey sobre Sión, mi santo monte.
6Yet have I set my king upon my holy hill of Zion. (KJV)
El apóstol Pablo en su primera epístola a Timoteo nos dice lo siguiente.
1 Timoteo 6:14-16:
14 que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, 15 la cual manifestará a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; 16 el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén.
Jesús mismo declara a través del apóstol Juan lo siguiente.
Juan 1:18:
Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.
No había esperanza de algún contacto o relación entre el hombre en la condición presente con Dios; solamente en el nombramiento de un mediador. Esto fue arreglado en los consejos en la eternidad entre el Padre y el Hijo de Dios en el gran acuerdo fundamental llamado el Pacto Eterno en Hebreos 13:20:
Y el Dios de paz, que resucitó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor, el gran Pastor de las ovejas mediante la sangre del pacto eterno,
Para proveer salvación, gozo, y paz con Dios a un mundo perdido, había solamente un remedio. Este fue el regalo de Dios para este mundo: un Hijo unigénito como el Salvador de los hombres, el Redentor de Israel y el Restaurador del Reino de Dios en la tierra.
Para cumplir a cabalidad este “Gran Llamado”, Jesús se ofreció a Sí mismo como un voluntario y fue, por consiguiente “Set – en las alturas”; esto es, Fijado y Ungido como el Gran Mediador, en marcha, yendo hacia adelante, citado por Malaquías, como el Mensajero del Pacto.
Salmos 40:6-8:
6 Sacrificio y ofrenda no te agrada;
Has abierto mis oídos;
Holocausto y expiación no has demandado.
7 Entonces dije: He aquí, vengo;
En el rollo del libro está escrito de mí;
8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.