¡La fe sin obras está muerta!
Cada palabra, frase, oración y párrafo escrito en la Palabra de Dios, la Santa Biblia, es importante. Sin embargo, si un asunto es muy importante, Dios lo repite. Si es muy, muy importante, Dios lo ha repetido dos veces.
Génesis 41:32,
Y en cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, {quiere decir} que el asunto está determinado por Dios, y Dios lo hará pronto.
Jonás 3:1,
Vino palabra del SEÑOR por segunda vez a Jonás, diciendo:
Tal es el caso de la doctrina de la necesidad de las obras y de la fe cristianas, aquí escrita por Dios en el capítulo dos de la epístola de Santiago.
Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?
Es muy, muy importante que entendamos que la fe sin obras es muerta. Pero de pronto aparece en la escena otro apóstol, Pablo, en su carta a la iglesia en Éfeso, y mira lo que tiene que decir: “Porque por gracia habéis sido salvos por medio de la fe, y eso no por vosotros mismos; es don de Dios, no de obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
Algunos comparan estos dos pasajes y declaran: “La Biblia se contradice a sí misma, entonces, ¿cómo puede ser la Palabra inspirada de Dios?”. Luego usan esta y otras “llamadas” contradicciones vistas como excusas para descartar completamente toda la Palabra escrita de Dios. Otros toman el “camino de menor resistencia”. Adoptando las palabras de Pablo, pero ignorando por completo la instrucción de Dios a través de Santiago, afirman: “Todo lo que necesitas es gracia y fe. ¡Las obras no son necesarias!”
¿Hay alguna contradicción? ¿Necesitamos o no necesitamos las obras? ¿Y qué son las “obras” y para que sirven?
Necesitamos responder a estas preguntas porque son vitales para nuestro crecimiento. La comprensión verdadera y espiritual de Efesios 2:8-9 y Santiago 2:14-26 revela que la Biblia no se contradice a sí misma en este tema de la fe y las obras, ni en ningún otro tema en lo absoluto.
Cuando miramos a Efesios 2:8-9, lo primero que notamos es que nos enfrentamos a toda una lista de palabras que suenan espirituales: gracia, salvo, fe, don, obras.
Inclusive aquellos de nosotros que hemos estado en una iglesia Cristiana durante muchos años y que podemos entender claramente cada una de estas palabras individualmente, nos detenemos en nuestro conocimiento de estos versículos cuando nos enfrentamos a tales términos presentados uno tras otro.
Efesios 2:8-9,
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Así que veamos esto en el significado Griego. Por favor, tómese el tiempo para estudiar estas palabras con más detalle. Aquí están los términos clave que se encuentran en esta escritura en español y griego, el número de referencia de la Concordancia de Strong y, para aclarar los significados, otros términos en español traducidos en el Nuevo Testamento de las mismas palabras griegas:
» Gracia (#5485): charis (khar’-ece). También se traduce como favor, gracias, placer.
» Salvo (#4982): sōzō (sode’-zo). También se traduce como hacer completo, sanar, ser completo.
» Fe (#4102): pistis. También se traduce como seguridad, creer, creencia, los que creen, fidelidad.
» Regalo (#1435): dōron. También traducido como presente, ofrenda.
» Obras (#2041): ergon. También se traduce como hecho, hacer, trabajar.
Una Postura Inconsistente
Acabamos de ver que “ergon” es el griego original de la palabra “obras”. No parece ser un término muy difícil, ambiguo o confuso. Pero, ¿qué entienden como “obras” aquellas muchas personas e iglesias que afirman que las obras no son necesarias?
Las opiniones varían. Un grupo entiende que las obras significan guardar toda la ley en general. Un segundo grupo califica las obras como porciones específicas de la ley de Dios, que consideran “judías” o “del Antiguo Pacto”, o que simplemente no están dispuestos a guardar y enseñar. ¡Un tercer grupo, sorprendentemente en su rechazo de ella, señala este término como un significado de obras de caridad en general!
Los individuos o grupos que eligen sustituir la palabra “obras” por la palabra “ley” en Efesios 2:8-9, y que por lo tanto dicen que los cristianos del Nuevo Testamento no tienen que guardar la ley de Dios, no parecen decirlo por completo y literalmente. En cambio, la mayoría de ellos se reservan el derecho de elegir qué partes de la ley desean guardar (“No matarás”, “No robarás”, etc.) y aquellas que no desean guardar (“Recuerda el sábado”, días santos, diezmos, carnes limpias e inmundas, etc.). Parece ser un asunto mas de conveniencia que de un credo o fe.
Dios en ninguna parte le ha dado autoridad a su pueblo para ser selectivo en estos asuntos, por lo tanto, esta postura hacia la ley es inconsistente e incluso hipócrita.
¿Condiciones para la salvación?
La iglesia siempre ha estado de acuerdo al cien por ciento con aquellos que dicen que la salvación es un regalo, y que un cristiano no se puede ganar la salvación por las obras de caridad o por la obediencia a la ley de Dios. Sin embargo, la obediencia es una condición que debemos cumplir.
Hechos 5:32,
Y nosotros somos sus testigos de estas cosas, y así también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen.
I Juan 2:4,
El que dice: “Yo lo conozco”, y no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él.
Mateo 19:17,
Entonces le dijo [al joven rico]: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino Uno, es decir, Dios. Pero si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”.
Mateo 19:17,
Si me amas, guarda Mis mandamientos.
El apóstol Pablo, en Efesios 2:8-9, no dice que las obras no sean necesarias en lo absoluto. El propósito de su declaración es mostrar que las obras no nos salvan, ¡sino que la gracia y la fe sí! De hecho, el siguiente versículo, versículo 10, muestra que Dios llama a los miembros de su iglesia con el propósito mismo de realizar buenas obras:
Efesios 2:10,
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, que Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas”.
El lenguaje del apóstol es muy claro. Dios desea que caminemos en buenas obras, y Él ha preparado nuestro proceso educativo espiritual para que aprendamos a hacerlas. Hacer buenas obras en el nombre de Jesucristo es una parte importante del propósito de la vida de cada verdadero cristiano. ¡No podemos ser verdaderamente cristianos sin ellas!
No Existen Contradicciones
¿Hay alguna contradicción entre las opiniones de Pablo y Santiago sobre este asunto? ¡Simplemente, no! Pablo, en Efesios 2:8 dice que se requiere fe y, como hemos visto, en el versículo 10, dice que también se requieren buenas obras. Santiago, en el segundo capítulo de su epístola, dice que la fe y las obras son inseparables:
Santiago 2:17,
Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta.
Pero, ¿quieres saber, oh hombre necio, que la fe sin obras está muerta? (versículo 20)
Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. (versículo 26)
La doctrina de Pablo de la justificación por la fe, y la doctrina de Santiago de la justificación por las obras, son suplementarias, no contradictorias. Ninguno de los dos se oponía a la enseñanza del otro: compañeros de trabajo devotos. Santiago apoyó plenamente la obra de Pablo (Hechos 15:13-29; 21:17-26).
Pablo predicó la fe como la base de la justificación ante Dios, pero insistió en que debía surgir en el tipo correcto de Vida. Santiago estaba escribiendo a aquellos que habían aceptado la doctrina de la Justificación por la Fe pero no estaban Viviendo Correctamente, diciéndoles que tal Fe no era Fe en absoluto.
Santiago 2:20,
“¿Quieres que te muestren, hombre superficial, que la fe aparte de las obras es estéril?”
Es estéril, una palabra muy interesante. En la Biblia, varias mujeres, por ejemplo, Sara, Rebeca, Raquel, Ana e Isabel, no podían tener hijos. En el ámbito físico, un macho fértil y una hembra fértil son condiciones necesarias para la reproducción de la mayoría de las formas de vida.
Espiritualmente, la fe activa y las obras activas son condiciones necesarias para reproducir la vida piadosa y espiritual en nosotros. En ambos casos, la vida, ya sea espiritual o física, es un don de Dios, el Creador y Dador de Vida. Si cualquiera de las condiciones está ausente o inactiva, se produce esterilidad o falta de resultados de nueva vida.
Otro significado común de estéril es el de una tierra sin vegetación, un lugar desolado. La palabra griega que Santiago usa es argos (en lugar de nekra, “muerto”, como en los versículos 17 y 26), que significa “perezoso”, “improductivo”, “no rentable”, “ocioso”, “ineficaz”. ¡Su significado literal es “sin trabajo” [a (negativo) + ergon (trabajo)]!
La imagen de la palabra que se desarrolla es de un área de tierra que recibe mucho sol pero muy poca lluvia, y por lo tanto, es estéril, desolada. Tal tierra no puede ser trabajada porque no producirá nada provechoso. De la misma manera, una persona que sólo tiene fe no producirá nada provechoso; Necesita una “lluvia” constante del Espíritu Santo para crecer y madurar.
Así que no hay contradicción. Se requiere fe. Se requieren obras. Las obras para Dios son hacer Su voluntad y Su obra y, sí, obedecer Sus leyes. Las obras para con nuestros vecinos son para servirles y hacer el bien para ellos. Hacerlos promueve el crecimiento del carácter piadoso y proporciona un brillante ejemplo de la verdadera vida cristiana.
Salmo 40:8,
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
1 Pedro 4:19,
De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.
Hebreos 13:20-21,
Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
La fe sin obras es muerta. Dela misma forma vemos todo lo contrario a eso: La fe con obras es vida.
¡Enséname a hacer tu voluntad!