Hebreos 10:20: 20 por un camino nuevo y vivo que él nos abrió para nosotros por medio del velo, es decir, SU carne…
El Segundo Velo
Esta vez fue un velo de carne, llamado: “en semejanza de carne de pecado.” El apóstol Pablo lo describe en Romanos 8:3:
3 Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne,
En condición sin pecado o sea de inocencia, Adán y Eva estaban cubiertos con una vestidura de luz. La palabra de Dios dice que estaban desnudos y no tenían vergüenza.
Génesis 2:25: Y estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban.
Cuando fueron formados estaban revestidos de luz – no sabían lo que significaba estar desnudos. Pero cuando pecaron perdieron su cobertura de luz e inmediatamente se dieron cuenta de su estado natural, escondiéndose en el resultado de una desnudez vergonzosa.
Génesis 3:10,11: 10Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí. 11Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras?
Un científico destacado de nuestro día ha hecho la declaración que la sangre es luz cristalizada. Ésta es una observación sumamente importante; tomando en cuenta el fenómeno que ocurrió en el caso de Adán y Eva, pues cuando el vestido de luz había dejado de existir, la sangre apareció y estaba presente en su cuerpo. El hombre entonces se convirtió en el poseedor de un cuerpo de carne pecaminosa; es decir, un cuerpo compuesto de sangre, carne y huesos. El Mesías eterno asumió un cuerpo similar (sin pecado) y llamaron Su nombre Jesús, pues Él salvaría a Su pueblo de sus pecados. El escritor de la epístola a los Hebreos revela el hecho que se le preparó un cuerpo de sangre, carne y huesos.
Hebreos 10:5-7,
5 Por lo cual, entrando en el mundo dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste;
Mas me preparaste cuerpo.6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
7 Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para
hacer tu voluntad,
Como en el rollo del libro está escrito de mí
Ese cuerpo se preparó en el vientre de la madre virgen y el Mesías eterno voluntariamente asumió ese cuerpo. Así, Él entró en el segundo velo y el Espíritu Santo describe el acontecimiento:
Filipenses 2:6-7: 6 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismotomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.
No podemos enfatizar la importancia y la necesidad apremiante y básica que Jesús, el Salvador del mundo, tuviese fluyendo en sus venas, la sangre de hombre. Esta gran verdad fue vista y tipificada en el rito antiguo, Levítico 17:11,
11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la he dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras almas; porque es la sangre, por razón de la vida, la que hace expiación.
La ley que gobierna la expiación es explícita.
Hebreos 9:22: 22 Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.
Por consiguiente, la única esperanza de un mundo perdido estaba en el derramamiento de la sangre de Jesús. Él derramó su sangre por nosotros hasta el fin; para que no sólo pudiéramos ser perdonados, limpiados y capacitados, pero para que ultimadamente pudiéramos poseer un cuerpo espiritual glorificado sin sangre, de carne y huesos.
Lucas 24:39: ¡Miren mis manos y mis pies! ¡Soy yo! Tóquenme y véanme: un espíritu no tiene carne ni huesos, como pueden ver que los tengo yo.
Así, somos hechos “apropiado para ser compartidores de la herencia de los santos en luz”.
Colosenses 1:12: 12 dando gracias al Padre que nos ha capacitado para compartir la herencia de los santos en luz
El escritor de la epístola a los Hebreos nos presenta seis razones porqué era necesaria la aparición de Jesús en el velo de carne pecaminosa. Estas razones se encuentran en Hebreos 2:14-19,
(1) Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo
(2) para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo,
(3) y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida.
(4) Por tanto, tenía que ser hecho semejante a sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un misericordioso y fiel sumo sacerdote en las cosas que a Dios atañen,
(5) para hacer propiciación por los pecados del pueblo.
(6) Pues por cuanto El mismo fue tentado en el sufrimiento, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
En su camino a través del velo de sangre, carne y huesos, Jesús expresó a Dios en términos de su humanidad y por eso pudo decirle a Felipe en Juan 14:9,
9Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: “Muéstranos al Padre?”
Jesús cumplió a cabalidad el tipo del antiguo rito del viejo pacto, indicado en la puerta de Edén cuando un animal tuvo que ser degollado para proveerles una cobertura por la desnudez vergonzosa de nuestros primeros padres.
La noche en que instituyó la última cena, dijo, Mateo 26:26-28,
26Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed todos de ella; 28porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados.
Ambas demostraciones tuvieron una aplicación universal: 1 Corintios 15:22,
22Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
¡Aunque la multitud que rodeaba Su cruz y se burlaba de él, no comprendió, fue un momento grandioso cuando Jesús, con un grito de alegría mezclada, con el alivio y el triunfo, exclamó, “Terminado es.” El asombro pequeño de la tierra fue demostrado en un terremoto grande, tanto fue, que las tumbas de muchos santos que habían dormido fueron abiertas,
Mateo 27:52: 52y los sepulcros se abrieron, y los cuerpos de muchos santos que habían dormido resucitaron;