Su Fundamento

El Origen que no Tiene Origen

La nueva creación: tu verdadera identidad

Jesús es llamado el postrer Adán en 1 Corintios 15:45, “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante”.

En Él comienza una nueva humanidad: restaurada, reconciliada, obediente al Padre. Cuando nacemos de nuevo, pasamos de muerte a vida, de lo terrenal a lo celestial.

Observemos este punto importante en la traducción bíblica, particularmente del pasaje en Juan 3:3, donde Jesús le dice a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.

La frase “nacer de nuevo” proviene del griego “γεννηθῇ ἄνωθεν” (gennēthē anōthen). La palabra “ἄνωθεν” (anōthen) puede significar tanto “de nuevo” como “de lo alto”, dependiendo del contexto. Este doble sentido es crucial, y algunos estudiosos creen que Jesús lo usó intencionalmente con ambos significados a la vez.

Traducción literal y teológica:

“Nacer de nuevo” (énfasis en una transformación radical y un nuevo comienzo).

“Nacer de lo alto” (énfasis en el origen divino de ese nuevo nacimiento).

¿Cuál es la mejor traducción?

Depende del propósito del traductor:

Las versiones como NVI y Reina-Valera optan por “nacer de nuevo”, que comunica al lector moderno el concepto de regeneración espiritual.

Otras, como Biblia de Jerusalén o algunas versiones en inglés como la NET Bible, anotan que “de lo alto” es una traducción válida e incluso preferible según el contexto.

Al decir “nacer de nuevo”, se puede entender —desde un punto de vista lógico— que hubo una vida previa, luego una muerte, y después un nuevo nacimiento. Eso puede prestarse a confusión si se interpreta de forma estrictamente literal o cronológica.

Sin embargo, en el contexto bíblico, especialmente en Juan 3, Jesús no habla de una reencarnación o de una secuencia física de vida-muerte-renacimiento, sino de una transformación espiritual radical: un nacimiento que no es según la carne, sino “del Espíritu”.

Por eso, “nacer de lo alto” (ἄνωθεν):

Indica origen divino, no simplemente una repetición del nacimiento humano.

Resalta que se trata de una obra de Dios, no de un esfuerzo humano.

Evita la ambigüedad del “de nuevo”, que puede malinterpretarse como si implicara una segunda vuelta biológica.

En Juan 3:5-6, Jesús aclara:

“El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.”

Esto refuerza que se trata de un nacimiento espiritual, desde lo alto, no una repetición del nacimiento físico.

Entonces, esto es válido: “nacer de lo alto” comunica mejor tanto el origen divino como la naturaleza espiritual del nuevo nacimiento que Jesús enseña.

Este pasaje ha sido objeto de reflexión tanto en la tradición patrística como en las lenguas antiguas, ofreciendo una rica perspectiva sobre el nuevo nacimiento espiritual.

Padres de la Iglesia: “Nacer de lo alto”

Los Padres de la Iglesia reconocen la ambigüedad del término griego ἄνωθεν (anōthen), que puede significar tanto “de nuevo” como “de lo alto”. Esta doble interpretación refleja la profundidad del mensaje de Jesús.

San Agustín en su Comentario al Evangelio de Juan destaca que el “nacimiento de lo alto” es una obra del Espíritu Santo, que transforma al creyente en hijo de Dios, no por voluntad humana, sino por la gracia divina.

San Juan Crisóstomo, en sus homilías sobre el Evangelio de Juan, enfatiza que este nuevo nacimiento es espiritual y no físico, señalando que Jesús habla de una regeneración interna que permite al creyente “ver el Reino de Dios”.

Estos comentarios subrayan que el énfasis está en una transformación espiritual, no en un renacer físico.

La Vulgata Latina: “Renatus fuerit denuo”

La traducción latina de la Biblia, conocida como la Vulgata, traduce Juan 3:3 como:

“Nisi quis renatus fuerit denuo, non potest videre regnum Dei”.

Aquí, “denuo” se traduce como “de nuevo”, lo que podría sugerir una repetición del nacimiento. Sin embargo, como se ha mencionado, el término griego tiene una ambigüedad que permite una interpretación más profunda.

Latín (Vulgata): Como se mencionó, utiliza “denuo” para “de nuevo”.

Siríaco: En las traducciones siríacas, como la Peshitta, se emplea una expresión que también puede interpretarse como “de lo alto”, alineándose con la interpretación espiritual del pasaje.

La expresión “nacer de lo alto” enfatiza que el nuevo nacimiento es una acción divina, no humana. Es el Espíritu Santo quien concede esta nueva vida, permitiendo al creyente entrar en el Reino de Dios. Este nacimiento espiritual es esencial para comprender el mensaje de Jesús y la salvación que Él ofrece.

2 Corintios 5:17: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Esta frase ha sido objeto de mucha reflexión, especialmente en cuanto a lo que significa ser una “nueva criatura” versus el concepto de “nueva creación”.

Texto Original Griego

El griego de 2 Corintios 5:17 dice:

εἴ τις ἐν Χριστῷ, καινὴ κτίσις· τὰ ἀρχαῖα παρῆλθεν, ἰδοὺ γέγονεν καινά.

(ei tis en Christō, kainē ktisis; ta archaia parēlthen, idou gegonen kaina)

κτίσις (ktísis) = creación, criatura, acto creativo.

Aquí hay una ambigüedad intencional: “ktísis” puede referirse tanto a la persona regenerada (criatura) como al acto divino o orden nuevo de existencia (creación).

Diferencia entre “criatura” y “creación”

1. “Criatura” (en sentido personal/individual)

Se refiere al individuo que ha sido transformado por su unión con Cristo.

La persona es ahora parte de una realidad espiritualmente nueva.

Esta lectura pone el foco en la identidad renovada del creyente.

Ejemplo: El creyente ya no vive según la carne, sino según el Espíritu (Romanos 8:1–4).

2. “Creación” (en sentido cósmico/universal)

Va más allá del individuo: implica que el que está “en Cristo” participa de una nueva creación escatológica, inaugurada con la resurrección de Jesús.

Este uso es coherente con la teología paulina del “ya pero todavía no”: la nueva creación ya ha comenzado, pero se consumará al final.

Ejemplo: “Porque sabemos que toda la creación gime… esperando la redención”

Romanos 8:22–23,

22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23 y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.

¿Qué quiso decir Pablo realmente?

Muchos estudiosos, como N.T. Wright, George Ladd o Gordon Fee, sostienen que Pablo usa intencionalmente “ktísis” para implicar ambos sentidos:

El creyente es una nueva criatura porque está participando en la nueva creación.

Esto está en línea con la idea de que Cristo es el “nuevo Adán” (1 Corintios 15:45), y que los que están en Él forman parte de una humanidad renovada.

45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

Gálatas 6:15: “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino una nueva creación (καινὴ κτίσις).” — Aquí Pablo claramente habla del nuevo orden redentor.

Romanos 8:19–23: La creación aguarda la manifestación de los hijos de Dios.

19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23 y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.

Colosenses 3:9–10,

9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,

10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,

Si entendemos “criatura” en sentido limitado, enfatizamos la experiencia del creyente.

Si entendemos “creación”, ampliamos el foco a la obra cósmica de Dios en Cristo.

Pablo quiere que entendamos que nuestra transformación personal es parte de algo mucho más grande: la restauración del cosmos entero en Cristo.

Efesios 1:10,

“de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”.

Aquí tienes una selección de diferentes traducciones de 2 Corintios 5:17, que reflejan diversas interpretaciones del término griego κτίσις (ktísis), que puede entenderse como criatura o creación:

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

Nueva Versión Internacional (NVI)

“Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!”

Nueva Traducción Viviente (NTV)

“Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!”

Biblia de Jerusalén (JER)

“Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo.”

Biblia de las Américas (LBLA)

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas.”

Biblia Católica Latinoamericana

“Toda persona que está en Cristo es una creación nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha llegado.”

Biblia Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

“Ahora que estamos unidos a Cristo, somos una nueva creación. Dios ya no tiene en cuenta nuestra antigua manera de vivir, sino que nos ha hecho comenzar una vida nueva.”

Análisis de las traducciones

“Nueva criatura”: Esta expresión, utilizada en la RVR1960 y otras versiones, enfatiza la transformación individual del creyente.

“Nueva creación”: Traducciones como la NVI, NTV y JER optan por esta frase, destacando no solo el cambio personal, sino también la renovación cósmica que implica la obra de Cristo.

“Lo viejo ha pasado, lo nuevo ha llegado”: Esta formulación, presente en la NVI y otras, subraya el contraste entre la vida anterior y la nueva vida en Cristo.

La elección entre “criatura” y “creación” no es meramente semántica. “Criatura” puede enfocarse en la transformación del individuo, mientras que “Creación” amplía la perspectiva a la restauración del orden divino en su totalidad. Pablo, al usar el término κτίσις (ktísis), invita a los creyentes a reconocer que su transformación personal es parte de una renovación cósmica iniciada por Cristo.

Dejar el término “criatura” sin el debido contexto bíblico y teológico puede llevar a malentendidos, subjetivismo, e incluso errores doctrinales, especialmente cuando se interpreta desde una perspectiva meramente humana o secular.

¿Por qué “criatura” puede ser problemático si no se explica?

1. Ambigüedad del término en español

En el uso cotidiano, “criatura” puede referirse a:

Un bebé o niño pequeño

Cualquier ser creado (humano, animal, incluso mitológico)

Una persona indefensa o inocente

Estas acepciones no reflejan automáticamente el sentido bíblico del término griego κτίσις (ktísis), lo que puede desviar la interpretación hacia ideas superficiales o erróneas.

2. Interpretaciones obscuras si no se contextualiza

Algunos podrían pensar que ser “nueva criatura” es simplemente:

Ser una mejor persona o moralmente renovado.

Tener una segunda oportunidad sin transformación espiritual real.

Una forma de autoayuda o cambio psicológico.

Esto reduce la profundidad del mensaje paulino, que habla de una transformación ontológica y espiritual: el creyente pasa a ser una persona completamente nueva en Cristo, nacida del Espíritu, no solo reformada externamente.

El sentido bíblico: no es cambio humano, es obra de Dios

Pablo no habla de una mejora humana, sino de una nueva identidad dada por Dios:

“El que está en Cristo es una nueva creación (ktísis)” — 2 Cor 5:17

“Hemos sido creados en Cristo Jesús para buenas obras” — Efesios 2:10

“El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará” — Filipenses 1:6

La transformación es espiritual, radical y proviene “de lo alto”, no del esfuerzo humano. El creyente no se hace “nueva criatura”; es hecho (pasivo) por el poder regenerador de Dios.

¿Cómo evitar confusión?

Volver al texto original: entender “ktísis” como “creación” en el sentido de una obra nueva de Dios. Contextualizar: no citar el verso aislado, sino dentro del marco de la obra redentora y escatológica de Cristo, enseñar que la regeneración cristiana no es un cambio de comportamiento, sino una nueva existencia en Cristo.

“ktísis” (κτίσις) en el contexto bíblico sí implica una acción que solo Dios puede realizar.

Significado de ktísis en griego bíblico

El sustantivo κτίσις (ktísis) proviene del verbo κτίζω (ktízō), que significa crear o fundar. En la Biblia, este verbo y su forma sustantiva se usan casi exclusivamente para referirse a la acción creadora de Dios.

Ejemplos clave:

Romanos 1:20,

“…desde la creación (ktísis) del mundo, sus atributos invisibles… se hacen claramente visibles…”

Aquí “creación” se refiere a la obra del Dios Creador.

Marcos 10:6,

“Pero desde el principio de la creación (ktísis), Dios los hizo varón y hembra.”

Apunta a la acción soberana de Dios en Génesis.

Colosenses 1:16,

“Porque en él fueron creadas (ektísthēsan) todas las cosas… todo fue creado por medio de él y para él.”

En Cristo, Dios crea — no el hombre.

2 Corintios 5:17 en ese marco

Cuando Pablo dice: “El que está en Cristo, nueva ktísis es…”

No está diciendo simplemente que el creyente ha cambiado de conducta o mentalidad. Está afirmando que:

El creyente es una nueva creación ontológica.

Ese estado no lo puede generar el hombre, ni por religión, ni por voluntad, ni por esfuerzo.

Es una obra creativa soberana de Dios, igual que en Génesis 1.

Pablo está usando lenguaje de creación, no de reforma.

La salvación no es mejora humana, es regeneración divina

Tito 3:5,

“nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”,

No somos auto hechos; somos “hechura suya” como dice el apóstol Pablo en Efesios.

Efesios 2:10,

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.

Cristo es el nuevo Adán y cabeza de una nueva humanidad…

1 Corintios 15:45–49,

45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. 46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.

49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

Sí, cuando Pablo dice que el que está en Cristo es una nueva ktísis, está afirmando que el creyente ha sido creado de nuevo por Dios mismo, como parte de la nueva creación que ha comenzado en Cristo. Es un milagro espiritual, no una decisión moral o un desarrollo psicológico.

1 Corintios 15:49,

“Así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial”

Ya no somos solo carne y hueso, sino espíritu vivificado. Ya no vivimos por lo que vemos, sino por la fe (2 Corintios 5:7). Ya no somos esclavos del pecado, sino hijos del Reino.

7 (porque por fe andamos, no por vista (apariencias)”.

Una ciudadanía celestial

El apóstol Pablo lo dice sin rodeos:

“Nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3:20).

Eso significa que nuestro sistema de valores, nuestras prioridades, nuestras decisiones… todo debería reflejar esa realidad celestial. Vivimos en el mundo, pero no somos del mundo. Caminamos como embajadores de un Reino que no se ve, pero que viene con poder.

Vuelve tu mirada a lo eterno

“Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:2).

No te conformes a este siglo…

Romanos 12:2,

2 Y no os adaptéis (conforméis) a este mundo (siglo), sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.

No pongas tu esperanza en lo visible. No esperes encontrar tu propósito en lo que perece.

Tú no eres de este mundo.

Tu espíritu lo sabe. Tu alma lo anhela.

Tu corazón lo intuye cada vez que te das cuenta de que aquí nada te satisface por completo.

Vives entre dos mundos, pero perteneces solo a uno.

El Reino eterno. El Reino de Cristo. El Reino que no se puede mover.

Hebreos 12:28,

“Recibiendo nosotros un Reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia”.

No eres de este mundo. Has sido llamado a una herencia incorruptible, reservada en los cielos para ti.

1 Pedro 1:4,

“para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para vosotros”,

Vive como quien pertenece a lo eterno.

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