Hoy vemos el efecto devastador del secularismo en las naciones y en la misma Iglesia. La decadencia moral, promovida incluso desde estructuras de poder, cumple las advertencias proféticas:
Romanos 1:24-26,
24 Por consiguiente, Dios los entregó a la impureza en la lujuria (incontinencia) de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos; 25 porque (lo cuales) cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén. 26 Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural (relaciones sexuales normales) por la que es contra la naturaleza;
En este contexto, el avance de una agenda inmoral, ha contribuido al debilitamiento de la libertad religiosa. Esto no es un llamado al odio. Jesús nos enseñó: “Amad a vuestros enemigos” (Mateo 5:44).
El mensaje del Reino es redentor, no condenatorio. Sin embargo, no podemos ignorar la realidad espiritual: muchos no sólo practican el pecado, sino que se complacen en quienes lo hacen.
Romanos 1:32,
los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican.
El caos, la inseguridad y la confusión reinan. Este desorden espiritual se identifica con la figura profética de “BABILONIA LA GRANDE”.
Apocalipsis 17:5,
y sobre su frente había un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Daniel 12:1,
Será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente… pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo.
La Iglesia de hoy, así como la de Laodicea, cree tenerlo todo, pero está pobre, ciega y desnuda.
Apocalipsis 3:17-18,
17 Porque dices: ‘Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad’; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo, 18 te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver.
El amor se ha enfriado.
Mateo 24:12,
Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
La raíz de tanta maldad descrita a cabalidad el estado actual de los pueblos.
2 Timoteo 3:2-5,
2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita.
Ante tanta oscuridad, Dios ha revelado su palabra como guía y luz:
Salmos 119:105,
Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Oseas 4:1,
Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios.
El problema no es la falta de recursos espirituales, sino el rechazo voluntario al conocimiento de Dios:
Oseas 4:6,
Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento…
Sólo el conocimiento revelado por la palabra de Dios produce verdadera fe:
Romanos 10:17,
La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Cristo es la Palabra viva (Logos), el Verbo hecho carne:
Juan 1:3, 14,
3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Juan 6:44-45,
44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.
El emocionalismo no es lo mismo que espiritualidad. La Iglesia carismática a menudo confunde el alma con el espíritu, perdiendo discernimiento espiritual.
Hebreos 4:12,
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
El rechazo de la palabra es un rechazo de Cristo mismo (Juan 5:39-40). El humanismo ha querido suplantar la fe con razonamientos seculares, pero no ha producido paz ni verdad.
2 Tesalonicenses 2:10,
No recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
El rechazo de la palabra es un rechazo de Cristo mismo (Juan 5:39-40). El humanismo ha querido suplantar la fe con razonamientos seculares, pero no ha producido paz ni verdad.
2 Corintios 4:4,
en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento (la mente) de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios (para que la luz…que es la imagen de Dios, no les amanezca).
Jesús advirtió que sólo los que perseveren hasta el fin serán salvos:
Mateo 24:10-13,
10 Muchos tropezarán entonces y caerán, y se traicionarán unos a otros, y unos a otros se odiarán. 11 Y se levantarán muchos falsos profetas, y a muchos engañarán. 12 Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará. 13 Pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo.
Lucas 21:11,
habrá grandes terremotos, y plagas y hambres en diversos lugares; y habrá terrores y grandes señales del cielo.
En nuestros días, sorprendentemente, el evangelicalismo contemporáneo está tratando de eliminar el error actuando como si nada fuera un error, en un nuevo tipo de inclusivismo que amenaza no solo con erradicar el error, sino también, para erradicarlo, con erradicar la verdad. O existe la verdad y todo lo que no es verdad es error, o no existe el error y, por lo tanto, no puede existir la verdad.
Lucas 16:17,
Pero más fácil es que el cielo y la tierra pasen, que un ápice de la ley deje de cumplirse.
Todo se está cumpliendo conforme a la profecía. No es momento de temor, sino de levantar nuestras cabezas.
Para comprender qué es la Biblia y captar la magnitud de su singularidad, es necesario empezar por escuchar lo que ella misma declara de sí. No estamos ante un libro común, ni siquiera ante una colección de textos religiosos venerables. La Biblia testifica, por inspiración divina, que es la Palabra infalible de Dios. ¿Has escuchado esa expresión antes? “Escritura infalible”. Significa que no contiene error, engaño ni contradicción en lo que afirma. Esta infalibilidad no se limita a una parte, sino que abarca toda la Escritura, desde Génesis hasta Apocalipsis.
Lo que esto implica es extraordinario: la Biblia no solo dice la verdad, sino que es la verdad absoluta porque proviene de un Dios que no puede mentir. Como afirma Tito 1:2, se fundamenta “en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos.” Y Hebreos 6:18 declara que “es imposible que Dios mienta”. Por eso, todo lo que enseña —ya sea doctrina, historia, promesas o mandamientos— es plenamente confiable, inmutable y eternamente válida.
La Palabra escrita es, entonces, la regla suprema de fe y práctica para el pueblo de Dios. No hay autoridad más alta. No hay guía más segura. El apóstol Pedro lo confirma cuando dice: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro” (2 Pedro 1:19). Pablo añade que “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16).
Dios ha hablado, y lo ha hecho de manera que su mensaje permanece firme como una roca en medio del oleaje de las ideas humanas.
Su Palabra es verdad, Juan 17:17, “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad”.
La palabra de Dios es eterna
Isaías 40:8,
Sécase la hierba, marchítase la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
En ella encontramos una revelación segura, confiable y suficiente, capaz de guiar nuestras vidas en cada aspecto, con autoridad divina y poder transformador.
